Luego de la rebelión de octubre de 2019 [1] y cuando todavía se sufren los estragos de la crisis del coronavirus [2], el Ecuador vuelve a ubicarse entre un paro nacional y la represión. Y nuevamente los protagonistas incluyen a movimientos indígenas, estudiantes, gremios de trabajadores formales e informales, campesinos, barrios populares, colectivos de mujeres, y muchos otros. La complejidad de esta situación puede dimensionarse –al menos– desde cuatro grandes puntos: (i) una “reactivación económica” desigual; (ii) la cuestionable política económica del gobierno de Guillermo Lasso y su desinterés por resolver con celeridad varios problemas internos; (iii) la “tibia” respuesta del gobierno a las exigencias de un paro nacional; (iv) una creciente represión a la protesta social. 1. Una “reactivación económica” desigual: estancamiento y olvido para la ruralidad En el año 2020 la pandemia del coronavirus y sus efectos colaterales dejaron en el Ecuador un saldo de casi 47 mil ...