Cuando decimos que las mujeres sostenemos la vida, no solo nos referimos al sentido romantizado de súper heroínas cargando en nuestros hombros el peso del mundo. No, para nada. Sostenemos los cuidados, sí, pero no solo esos cuidados percibidos como actividades de reproducción doméstica, también cuidamos emocionalmente. Cuando todo se desmorona, cuando todo pierde sentido, cuando la vida duele. Leía el otro día que las mujeres cuidamos los corazones rotos, cuidamos los momentos de dolor, contenemos en lo difícil que puede llegar a ser la vida. Históricamente el amor de las mujeres ha funcionado para el patriarcado como servicio emocional de los hombres. Pero ¿qué pasa cuando nuestro amor construye, cura, sana, repara a otras? Recordemos el abrazo de mamá que reconforta, las amigas que te abrazan, las compañeras de lucha que hacen sentir que juntas lo quemaremos todo. Ese amor entre nosotras, entre las que siempre han tenido que reprimir emociones para servir, entre las que siempre h...