Nueva ola migratoria ecuatoriana: consecuencia directa de las políticas neoliberales de Moreno y Lasso
El
Ecuador enfrenta una nueva ola migratoria como consecuencia del desempleo y el
subempleo existente en el país. En lo
que va de 2021, alrededor de 2.460 menores de edad fueron hallados en la
frontera entre México y Estados Unidos y sin la compañía de sus padres.
Asimismo, otra cifra alarmante, entregada por los Estados Unidos, revela que
500 ecuatorianos son detenidos diariamente intentando cruzar la frontera.
Además, aproximadamente 40.000 ecuatorianos han ido rumbo a México. El Ecuador ya no es un país que garantice, a
sus propios ciudadanos, un futuro económico o la promesa de tener movilidad
social. Pero ¿cuáles han sido las causas para que los ecuatorianos abandonen su
tierra?
En el año 2020, precisamente cuando
inició la pandemia por el Covid19 en el país, la Asamblea Nacional aprobó la
mal llamada “Ley Humanitaria”. Los artículos de esa ley implicaron:
-La reducción de horas laborales de 40 horas a
20 horas y divididas en 6 días de la semana. Esto implicó una reducción en
los salarios de los trabajadores del sector privado.
-La ley flexibilizó el tiempo de trabajo de
los trabajadores ecuatorianos y abrió la posibilidad de que los empleadores no
pagaran las horas extras y los beneficios que al trabajador le correspondían
por ley.
-Algunos
empleadores redujeron la jornada laboral hasta un máximo del 50%. Como
consecuencia, la remuneración del trabajador bajó alrededor del 40%.
-Los aportes a
la Seguridad Social se equipararon con la base de la jornada trabajada por el
empleado. Es decir, los aportes de los
trabajadores al IESS bajaron.
Las
reformas –de la mal llamada Ley Humanitaria- fueron aprobadas por la bancada
del oficialismo (en aquel entonces Alianza País) junto con el Movimiento CREO
(quienes ahora son gobierno). Los afectados directos de las reformas fueron
los empleados. En ese sentido, se abrió
la puerta a escenarios de flexibilización laboral y precarización del trabajo
asalariado. Además, con la Ley Humanitaria muchas empresas redujeron
personal, lo que implicó despidos masivos. Por consecuencia, aumentó el
desempleo y el subempleo en el país.
El
modelo político neoliberal –que abanderó Lenín Moreno de la mano de Guillermo
Lasso y el FMI- también se encargó de desmantelar el trabajo en el sector público.
El discurso que abanderó Lenín Moreno, y que ahora abandera Lasso, es que el
Estado estaba obeso y había que reducir el tamaño del mismo. Por tanto, la
supuesta solución fue despedir a miles de servidores públicos, mismos que
dejaron de percibir un ingreso. Por lo tanto, fueron familias enteras que al no
contar con un salario redujeron su capacidad de consumo. En efecto, la cadena de circulación económica se cortó
y como consecuencia se afectaron plazas de trabajo directas e indirectas. En
definitiva, miles de burócratas o empleados del Estado perdieron su empleo y
también alimentaron el grueso de desempleados.
En el año 2021, año de las
elecciones presidenciales y legislativas en Ecuador, Guillermo Lasso obtuvo la
presidencia. Entre sus promesas de campaña
estuvo el combate contra el desempleo y el subempleo en el país. Sin embargo, a
casi cuatro meses de su mandato los indicadores económicos demuestran que el
desempleo y el subempleo están en alza. Según datos del Instituto Nacional
de Estadística y Censo, (INEC) para mayo de 2021, 532. 000 personas no tenían empleo en el país. Sin embargo, es
sabido que el INEC, al ser una institución estatal, puede ocultar las
verdaderas cifras del desempleo ecuatoriano. El aumento del trabajo informal es otro indicador que demuestra la
falta de empleo formal en el país. En varias ciudades ecuatorianas el comercio
informal se sigue multiplicando. Es un fenómeno social y económico síntoma de
las políticas de tinte neoliberal que abanderaron Moreno y Lasso. Empero,
intentan maquillar la realidad con los datos del INEC o, en su defecto,
desalojando a los vendedores informales en conjunto con los municipios de cada
ciudad.
El
empleo infantil también es consecuencia de las políticas de austeridad del
neoliberalismo. La falta de inversión, en educación primaria y secundaria,
así como la falta de oportunidades laborales para los padres, conlleva a que
los niños y niñas tengan que trabajar para ayudar en los gastos de la casa. Se volvió parte del diario vivir, en el
Ecuador, ver niñas, niños y adolescentes vendiendo caramelos en los buses,
limpiando parabrisas en los semáforos o pidiendo caridad en las calles.
Ante esta problemática, el Estado hace de la vista gorda. Es decir, no hay una
solución estructural al trabajo infantil, ni soluciones para que los padres
dejen de enviar a sus hijos a trabajar. Al contrario, las leyes -que impulsa el gobierno de Lasso- están orientadas a seguir
reduciendo la inversión en educación y, asimismo, a seguir precarizando las
condiciones laborales de los trabajadores ecuatorianos.
El
escenario político y económico se muestra desalentador. A diario los
ecuatorianos siguen migrando, ya no encuentran una esperanza entre un sistema
político que beneficia a las minorías más ricas y perjudica a las mayorías más
pobres. Los precios de los combustibles siguen subiendo. En consecuencia,
los productos de primera necesidad se encarecen. El salario básico no alcanza y
la subsistencia diaria es más cara. La última gran ola migratoria se dio entre
1999 y los 2000, cuando Lasso fue Ministro de Economía de Jamil Mahuad. Ahora,
cuando es el presidente del país, se repite el escenario: un modelo económico neoliberal que favorece a los grupos empresariales
y a las clases medias y bajas se les carga –sobre sus hombros- el precio de la
crisis que las mismas clases dominantes generan.
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Sobre el autor: Ni fu, ni fa !El
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enfocado en los fenómenos políticos coyunturales en el Ecuador. Asimismo,
consideramos que el debate y el diálogo son herramientas críticas para la
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