Elecciones en Colombia: "triunfo de la izquierda, renacimiento de los conservadores y el entierro del uribismo"
El
29 de mayo de 2022 fue un día histórico en Colombia. Luego de dos décadas de
hegemonía del partido Liberal, a mando de Álvaro Uribe Vélez, ese “proyecto
político” fue enterrado en las urnas. No obstante, queda cierta desazón en
la ciudadanía por el alto porcentaje que alcanzó el candidato independiente
Rodolfo Hernández. Mismo que, hasta hace un mes, no lograba alcanzar la votación
para superar la primera vuelta. Por su parte, Gustavo Petro fue el claro
ganador del primer balotaje y, ahora, intentará convencer a la ciudadanía
colombiana para que se sume a votar por la “Colombia Humana”, en segunda
vuelta.
Según
datos de la Registraduría Nacional, el candidato progresista -Gustavo Petro-
ganó la primera vuelta con más del 40% de los votos. El populista de
derecha, Rodolfo Hernández, irrumpió en los comicios con el 28% de la
votación. En tercer lugar, quedó, sorpresivamente, el candidato del uribismo -Fico
Gutiérrez- con un 23,7%. Empero, es importante para el análisis comprender
que solo el 54% de la ciudadanía -habilitada para votar- salió a las urnas. En ese
escenario, desde Ni fu, Ni fa ¡El debate acá!, nos permitimos hacer la
siguiente lectura política.
Para
la segunda vuelta las fuerzas liberales y conservadoras han decidido unirse. En
declaraciones -post elecciones- el excandidato Fico Gutiérrez señaló que “nuestro
partido votará por Rodolfo, para evitar que llegue el castro-chavismo a
Colombia”. Es decir, si se suma el 28
por ciento de Hernández con el 23% de Gutiérrez el techo del populista alcanza
el 51%. Por tanto, es probable que, en segunda vuelta, resulte vencedor el
proyecto conservador. Además, los otros cinco candidatos decidieron apoyar a
Hernández. Es decir, el denominado “Trump colombiano”, tiene un escenario
favorable para llegar al Palacio de Nariño.
No
obstante, hay un factor clave para el análisis. En la primera vuelta de las
elecciones solo acudió a las urnas el 54% de la población habilitada para votar.
Empero, un 46% de la población votante aún puede acudir a las urnas para la
segunda vuelta. Se sabe que Gustavo Petro no puede realizar alianzas
políticas con ningún partido, debido a que las demás tiendas se decantaron por
Hernández. Pero queda por convencer a ese cuarenta y seis por ciento de la
ciudadanía para que haga uso de su derecho de ciudadanía, al cumplir con el
ejercicio democrático. En ese sentido, la “Colombia Humana” tiene alrededor
de un mes para socializar su programa de gobierno.
El
candidato Rodolfo Hernández ha evidenciado un discurso conservador, defensor
del “Fracking” y misógino. En varias entrevistas señaló su
simpatía con Hitler y su rechazo a que las mujeres colombianas ocupen puestos
de poder. Asimismo, tiene denuncias por corrupción durante su alcaldía
en Bucaramanga. Además, su lenguaje político es burdo y coloquial. Utiliza
frases como: “en mi gobierno se usará el no robar, no matar…” El discurso de
Hernández caló profundamente en la población tradicional colombiana. Por un
lado, porque se desmarcó del uribismo. Por otro, porque dice lo que la gente
quiere escuchar a grosso modo. Palabras como “anticorrupción, demagogia,
oportunistas, etcétera” han sido piedras angulares por el empresario, como
adjetivos para descalificar a sus contrincantes. Y, asimismo, para mostrarse
como un “outsider” que no pertenece a la clase política del país cafetero.
Por
su parte, Gustavo Petro se inscribe en la línea de los progresismos
latinoamericanos. Representa a la izquierda colombiana, pero una izquierda
más moderada que no busca transformaciones radicales, como las del siglo XX. Por
lo tanto, su programa económico propone un cambio en la matriz productiva
para diversificar la economía. Mayor tributación para los empresarios.
Inversión en educación, salud e infraestructura. Entre otras cosas, que dan
muestras de un proyecto político post neoliberal. Para la segunda vuelta,
Petro pierde un factor clave para descalificar a su contrincante: señalarlo de
uribista. Como se sabe, Hernández pertenece a un partido político independiente
y, aunque tendrá el apoyo de la maquinaria política del uribismo, jamás ha
pertenecido al liberalismo colombiano.
El
29 de junio de 2022 se llevará a cabo los comicios definitivos en Colombia. Las
agitadas manifestaciones, que ocurren desde 2018, son una muestra del descontento
ciudadano con la política tradicional. Los jóvenes apuntan a un cambio Por
su parte, hay un sector de la ciudadanía que quiere continuar con el mismo
sistema. Desde que Colombia es república independiente ha sido gobernado, en
turnos, por conservadores y liberales. En ese sentido, la ciudadanía quiere transformaciones
en el quehacer político. Uno que apunte a que los nadies puedan vivir
mejor. Un gobierno que tome en cuenta a los estudiantes, a las mujeres, a las
personas LGBTIQ+, a la población racializada y a los trabajadores. La “Colombia
Humana” condensa ese plan de gobierno, claro está, dentro de lo que permite la
democracia burguesa. Un país que ha sido aterrorizado por la violencia
merece ser gobernado por un programa político inclusivo. Jamás en la historia
política de Colombia, un candidato de izquierda había recibido 8 millones de votos.
Por tanto, aunque el escenario es complicado, es latente el deseo de
transformación social. Eso, aunque nos cueste trabajo aceptarlo, solo lo puede
hacer un gobierno del campo popular.
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Sobre el autor: Ni fu, Ni fa
¡El debate acá! Es un medio de comunicación digital, alternativo, militante y
popular. Nuestro periodismo está enfocado en los fenómenos políticos
coyunturales del Ecuador y del mundo. Asimismo, consideramos que el debate y el
diálogo son herramientas críticas para la construcción de una opinión pública
democrática. El equipo lo conforman la Economista Daniela Pérez, el Politólogo
e Historiador John Piedrahita y los abogados David Pérez y Eric Erazo.
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