Ernesto Flores Sierra: "La reconstrucción del movimiento comunista y revolucionario es la tendencia principal"
La falsa oposición entre la derecha y la izquierda
del sistema debe ser combatida. Ambas apuestas lo único que buscan es la
conservación del sistema capitalista. Por un lado la derecha que plantea
abiertamente la defensa del capitalismo, y por otro lado la izquierda del
sistema que plantea reformas al mismo sistema sin apostar por su superación. En
este segundo grupo se encuentran los progresismos, la lucha posmoderna, e
inclusive las organizaciones de izquierda que no rompen los marcos del sistema
capitalista.
El lamentable resultado de enterrar el “Paro
Nacional” en las mesas de diálogo debería llevarnos a preguntarnos si realmente
es una alternativa para el pueblo apostar por una lucha social que termine
negociando sobre la sangre de los muertos para obtener miserables migajas de la
mesa de la burguesía. La respuesta sin duda es negativa. El pueblo no debe ser
la carne de cañón de los negociadores, no vale la pena luchar para obtener
caridad de la clase dominante. Valga mencionar que pretender que puede existir
un diálogo entre la burguesía y las clases populares es un absurdo y un
desconocimiento de las leyes básicas para comprender la sociedad.
Por otro lado vemos el triste espectáculo de
las elecciones seccionales, donde el pueblo tampoco tiene una alternativa
verdaderamente revolucionaria. No podemos observar un solo programa político
que represente realmente una alternativa popular. Al final el pueblo terminará
votando o por el progresismo o por la derecha, pero es claro que ninguno de los
contrincantes representa una apuesta popular.
¿Por qué la derecha ganó en Italia?, entre
otras cosas porque la izquierda en lugar de dedicarse a organizar la lucha de
clases del proletariado se dedicó a hacer el ridículo en luchas posmodernas
alejadas de los intereses de las clases trabajadoras. Porque jamás se planteó
un programa popular que realmente responda a las necesidades de la lucha de
clases, porque nadie se atreve a proponer la superación del capitalismo, la
destrucción del Estado burgués.
¿Qué podemos ver en el Movimiento Comunista
alrededor del mundo? Vemos el proceso de reconstrucción. Sin contar a los
revolucionarios asiáticos que hace décadas vienen enfrentando abiertamente a la
burguesía, los comunistas y revolucionarios europeos han iniciado el proceso de
reconstrucción de las organizaciones revolucionarias, han abandonado el
revisionismo de los partidos oficiales, pero también toda la avalancha
posmoderna que distorsiona las luchas. Vuelven a retomar el camino perdido hace
años, y engalanan sus luchas de las viejas tradiciones revolucionarias, proceso
similar que vemos en Latinoamérica. La tendencia principal de la lucha es la
reconstrucción del movimiento revolucionario, y en ese camino se requiere la
firmeza política de la ideología proletaria, del marxismo leninismo.
Las tareas más importantes pasan por la
crítica a la visión revisionista y posmoderna que ha llevado a la crisis de la
izquierda, para poder conformar una verdadera izquierda revolucionaria que
supere a la izquierda del sistema, y esta visión política debe ser llevada a
las masas. Los proletarios deben volver a beber de su propia ideología,
despojarse de la contaminación ideológica posmoderna y renovar las ideas
revolucionarias. Este proceso necesita permitir la reconstrucción de las
organizaciones de los marxistas leninistas, las mismas que necesariamente deben
dejar de lado las prácticas primitivas y afirmarse en el Centralismo
Democrático y las tradiciones políticas revolucionarias. Esta reconstrucción
debe generar la verdadera alternativa política para confrontar tanto a la derecha
en todas sus formas, desde la Centro democrática hasta la fascista, pero
también a la izquierda del sistema, tanto la electorera como la posmoderna.
La alternativa de la reconstrucción debe
luchar todas las trincheras. Cualquier trinchera que se abandone será una
que se deje en manos del enemigo, sea en su forma de derecha o de izquierda del
sistema. Los marxistas leninistas deben disputar absolutamente todos los
espacios de lucha, el político, económico, educativo, comunicacional, cultural,
parlamentario, territorial, y en todos ellos imponer la ideología científica
que los orienta.
Los marxistas leninistas saben que el camino
para la reconstrucción es además la unidad de las clases populares. Por esto la
actividad política, no puede ser sectaria o dogmática, para disputar todos los
espacios se requiere aplicar el diálogo, pero no con la clase antagónica, sino
con las clases, sectores y organizaciones populares. El marxismo leninismo no
es letra muerta, es acción transformadora de la realidad, y por eso solo es
posible en su aplicación creadora a la realidad. La aplicación mecánica de
modelos o la postura sectaria solo contribuyen a alejar a las masas del
proyecto revolucionario. La acción política revolucionaria organiza y
disciplina a nuestra clase.
La tarea
principal de quienes quieran hacer la Revolución es avanzar con la
Reconstrucción del movimiento comunista y revolucionario. Los efectos de la
contrarrevolución iniciada en el año 1956 con el Congreso XX del PCUS y
terminada a comienzos de los 90 con la caída del mal llamado “Socialismo Real”
se siguen sintiendo y por eso las organizaciones revolucionarias y los
marxistas leninistas nos movemos en una crisis permanente, pero las oleadas
históricas revolucionarias que van de la mano de la crisis son parte de la
recurrencia cíclica del sistema, y esta última parece gestarse en las
organizaciones que asumen la tarea internacional de la reconstrucción.
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Sobre el autor: Ernesto Flores Sierra es un militante guevarista.
En
la actualidad (2022) es víctima de persecución política por el gobierno de Guillermo
Lasso. Es Psicólogo Clínico por la Universidad Central. Experto en Salud
Mental-Clínica Psiquiátrica por la Universidad de León (España), Magíster en
Estudios de la Cultura por la Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador).
Candidato a Doctor en Humanidades y Artes en la Universidad Nacional de Rosario
(Argentina). Ha publicado los libros: El aullido de la criatura oprimida
(2015), Heterogeneidad y esquizofrenia en los universos literarios de Jorge
Icaza y José de la Cuadra (2015), y La Dialéctica de espíritu y el fantasma:
Psicología Social de la alienación y la revolución en tiempos del capitalismo
agonizante (2018), así como varios artículos en revistas académicas sobre
Psicología Histórico-Cultural, Crítica Literaria y Pedagogía.
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